Corren semanas muy peculiares en el mundo. Creo que la mayoría de personas de mi generación que me rodean comenzaron el año 2020 preocupados: no tenemos dinero, no tenemos trabajo, no encontramos piso, tenemos ansiedad, sufrimos estrés y un largo etcétera. Muchas de esas personas estamos fuera de casa ya sea estudiando o trabajando, o simplemente intentando encontrar ese camino que nos permita tener una profesión y ganarnos la vida y ahora, de repente, nos tenemos que quedar en casa. El mundo se para repentinamente y nosotros también. En estos tiempos se echa mucho de menos el hogar, a nuestra familia y ahora que estamos en cuarentena, extrañamos incluso a nuestros amigos más cercanos, esa pequeña familia que nos hemos creado en la ciudad a la que hemos emigrado y que se pega las semanas tirada en nuestro sofá.
Emilia Molina, la fotógrafa que nos envía estas imágenes, nació en La Paloma, Uruguay, y vivió allí hasta que cumplió 18 años. Ese fue su momento para seguir su propio camino e irse a Montevideo a estudiar arquitectura. Las fotografías que nos ha enviado, son de La Paloma, de su tierra, a la que extrañará ahora que el verano terminó y que llega el momento de volverse a la ciudad para seguir estudiando.
Es curioso pensar en qué echamos de menos de nuestro tierra, en mi caso, echo de menos el mar, la luz, tener un horizonte infinito delante de mí en lugar de un océano de edificios grises y color crema. Normalmente echo de menos el acento de la gente, la deliciosa comida, a mi familia y a mis amigas que viven allí, también el calor y el sonido de mi tierra, pero, ahora que no puedo salir de mi casa en Madrid, simplemente echo de menos el horizonte. Las fotografías de Emilia son un pequeño homenaje, a su tierra, a su luz y a su color, a esas cosas que echará de menos cuando esté lejos, son una muestra de ese sentimiento universal de morriña (gracias Galicia por darnos esa palabra maravillosa) que estamos sintiendo todos ahora y que, gracias a internet, podemos compartir sea cual sea nuestra situación.
Fotografías: Emilia Molina @emiliamoli
Texto: Mimí Granizo